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La Ciudad comprometida con la Educación Ambiental

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A partir de la sanción de la Ley N.º 1.687 en 2005, la Ciudad de Buenos Aires transita un camino sostenido de compromiso con la educación ambiental. Asimismo, hoy celebramos dos décadas de trabajo junto a las escuelas, construyendo un presente y un futuro más sustentables.

Un camino recorrido

El 28 de abril de 2005 marcó un hito en la historia educativa del distrito porteño con la sanción de la Ley de Educación Ambiental (Ley N.º 1.687), que convirtió a Buenos Aires en una de las primeras jurisdicciones del país en establecer un marco legal para la enseñanza ambiental integral, y en una referencia regional en la materia. La norma sentó las bases de un enfoque transversal, participativo y transformador, más vigente que nunca en la actualidad.

En tanto, es así como nació en la Ciudad el Programa Escuelas Verdes, que institucionalizó el acompañamiento a las escuelas en la implementación de proyectos educativos ambientales. Integrando a directivos, docentes, estudiantes y familias, consolidó la educación ambiental como una política pública sostenida en el tiempo.

A la vez, desde su creación, Escuelas Verdes ofrece a la comunidad educativa herramientas clave: recursos pedagógicos —manuales, guías y folletos—, capacitaciones —cursos, talleres y seminarios—, acciones de gestión ambiental para el uso eficiente de recursos y asesoramiento pedagógico para integrar prácticas sustentables en la enseñanza diaria.

Por otra parte, para impulsar el cambio cultural, la Ciudad diseñó el Reconocimiento Escuelas Verdes, una distinción al compromiso ambiental de las instituciones en su camino de transformación individual y colectivo. De las 24 escuelas premiadas en su primera edición, hoy ya son 670 escuelas que forman parte de una red educativa activa y en constante crecimiento.

Resultados sostenibles

Durante estos 20 años, la educación ambiental en la Ciudad se tradujo en cientos de proyectos transformadores en las escuelas. Entre ellos, se destacan:

Huertas escolares agroecológicas: más de 1.100 huertas escolares, dos huertas modelo agroecológicas y seis invernaderos hidropónicos vinculan los más diversos temas como biodiversidad, alimentación saludable y soberanía alimentaria. Asimismo, los espacios se transforman en aulas abiertas y vivas que propician el aprendizaje significativo y bienestar a través del contacto con la naturaleza.​

Laboratorio de Eficiencia Energética y Energías Renovables: un espacio interactivo donde estudiantes aprenden sobre el uso racional de la energía, su generación y sobre las últimas tecnologías limpias​.

Escuela de Líderes Climáticos: una iniciativa que impulsa el pensamiento crítico y el liderazgo ambiental en estudiantes secundarios, preparando a las nuevas generaciones para ser protagonistas de la transformación​.

En tanto, estos proyectos, junto a iniciativas como murales ambientales, feria ambiental, foros de jóvenes por el clima y proyectos en la Cuenca Matanza-Riachuelo, forman una red de experiencias concretas que inspiran, movilizan y fortalecen el compromiso de las nuevas generaciones​. Asimismo enmarcan una política pública que ya cuenta con 670 Escuelas Verdes reconocidas, más de 1.700 referentes ambientales formados y más de 2.200 toneladas de material reciclable recuperado y la plantación de más de 4.600 árboles​. En cuanto a acciones de capacitación, la Ciudad alcanzó a más de 90.000 docentes, directivos y auxiliares y 394.000 estudiantes.

Voces de compromiso

Asimismo, detrás de cada proyecto hay historias de compromiso; como destaca Carolina Borjas, referente de la Escuela Técnica N.º 29, «El aprendizaje en servicio fortaleció el sentido de pertenencia y responsabilidad de nuestros estudiantes, construyendo ciudadanía activa y ambiental.»

En tanto, desde la Escuela Integral Interdisciplinaria N.° 5, Melisa Vera señala que «un referente ambiental es capaz de despertar en otros el interés por la educación ambiental e impulsar cambios más allá de su propia escuela.»

Al mismo tiempo, Marcela DemaríaBagú, docente del Colegio N° 12 D.E. 15 nos recuerda que a través de los proyectos realizados «las actividades lideradas por estudiantes lograron instalar una conciencia real en toda la comunidad educativa.»

Ampliando horizontes: Ciudadanía Global y Educación Ambiental Integral

Durante 2019, el Ministerio de Educación lanzó el Programa Ciudadanía Global, una iniciativa que articula educación de calidad, tecnologías digitales y ciencia aplicada para formar ciudadanos comprometidos con la construcción de un presente y un futuro más justos, equitativos y sustentables, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

A la vez, en el 2021, el Congreso Nacional logró un hito histórico con la sanción de la Ley Nacional de Educación Ambiental Integral (Ley N.º 27.621), fruto del trabajo conjunto entre jurisdicciones. Esta ley reunió experiencias de todo el país para su elaboración, donde la Ciudad de Buenos Aires fue una referencia clave gracias a su trayectoria, impacto, alcance y capacidad de articulación.

Por otra parte, ese mismo año, la Ciudad lanzó la Jornada Ambiental Obligatoria, una instancia institucional que se repite anualmente en todas las escuelas porteñas, promoviendo la reflexión y la acción sobre problemáticas ambientales actuales.

Proyectando el futuro: más desafíos, más cambios

Ya a 20 años de la sanción de la Ley N.º 1.687, el camino recorrido invita a profundizar el compromiso y a mirar hacia adelante con una agenda renovada de desafíos.

Por otra parte, uno de los ejes fundamentales es seguir fortaleciendo la formación docente, brindando herramientas y espacios de innovación que permitan desarrollar una ciudadanía crítica y comprometida. A su vez, se trabaja en establecer mecanismos de evaluación que permitan medir el impacto real de las acciones impulsadas desde las escuelas.

Hoy día, se logró incorporar la educación ambiental como área transversal con contenido específico en los diseños curriculares de Nivel Inicial y Primario, asegurando un abordaje sistemático desde las edades más tempranas y garantizando de esta manera que niñas y niños ejerzan su derecho a una educación integral en el cuidado del ambiente.

Ese cambio educativo se enmarca en el nuevo plan estratégico Buenos Aires Aprende (2024–2027), que adopta una perspectiva transversal de educación ambiental en todos sus aspectos y busca promover habilidades para el desarrollo sostenible y un compromiso intergeneracional con el objetivo de generar transformaciones positivas, hacia una comunidad más empática, participativa y conectada con los desafíos del presente.

Actualmente, en el nivel secundario se abre una gran oportunidad a través de la transformación impulsada por Secundaria Aprende, el plan estratégico que propone una renovación profunda de los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde la educación ambiental puede consolidarse como un eje central​.

A la vez, pensando en el futuro, se proyecta también avanzar en la adaptación climática de las escuelas, transformándolas en refugios climáticos resilientes capaces de mitigar y adaptarse a los efectos de las olas de calor, las lluvias intensas y otros eventos extremos vinculados al cambio climático.

Asimismo, en una mirada de innovación a largo plazo, se aspira a la creación de un Centro Experimental del Clima, un espacio pionero de participación estudiantil, investigación aplicada e innovación tecnológica, orientado a la formación de nuevas generaciones capaces de enfrentar los desafíos ambientales más urgentes.

El cambio educativo y ambiental es urgente y necesaria. Crear una ciudadanía responsable y comprometida con el ambiente es el destino común que nos convoca hacia un futuro más justo, equitativo, en paz y sostenible.